Ábrete mundo.

Hace poco acabé la novela “Elantris”, de Brandon Sanderson y ya pude escuchar el podcast https://www.ivoox.com/elantris-brandon-sanderson-audios-mp3_rf_30156272_1.html sobre la novela, que tenía reservado para escuchar cuando me acabara el libro.

El relato me gustó mucho. Es de fantasía, pero el tipo de magia que describe me hacía pensar en que podía haber un sistema tecnológico detrás, que los aones eran una interface holográfica para para manejar un sistema informatizado oculto que manejaba algún tipo de infraestructura tecnológica planetaria. Incluso me pareció que el dios Jaddeth, en su misterioso trono subterraneo esperando para salir a a superficie, podía ser una inteligencia artificial disputando el control del sistema. Los seones también tenían pinta de ser una inteligencia artificial con un cuerpo energético o con una presencia proyectada en el mundo físico.

En el podcast se compara los aones con runas, pero creo que, tal y como los describían en la novela, se parecerían más a ideogramas chinos (cuyo origen se piensa que estuvo asociado a prácticas mágicas). En cambio, la escritura de Fjordell, que usan en la religión Shu-Dereth, me parece que recordarían más a las runas.

Las tramas políticas de la novela me parecen un mecanismo de relojería muy impresionante.

Durante la lectura, el personaje de Galladón me lo imaginaba con la cara de Morgan Freeman.

La traca final con que acaba la novela me parece quizás un poco exagerada, todo muy al filo, un poco como en una película de acción de Hollywood.

Quizás a los personajes les falte un poco de textura, seguramente porque “Elantris” fue la primera novela publicada de Sanderson, pero el autor no llega a caer en una dinámica de personajes (diálogos, comportamientos...) propia del cine comercial, un pecadillo muy frecuente en autores de ciencia ficción estadounidense.

Es un engorro que cada administración tenga una sede electrónica con sus propios requerimientos, en unas puedes entrar con dificultad y en otras no porque tienen sus propios requerimientos técnicos. En unas comunidades autónomas los operadores jurídicos pueden relacionarse con los juzgados por la plataforma Lexnet y en otras tienen su propia plataforma, que exige una inscripción independiente del profesional. Dificultades que generan un reflejo centralista. Pero también es razonable que cada administración quiera controlar su presencia en red y sus datos. Todo un dilema.

¿No sería lógico aplicar un sistema de federación a las plataformas públicas, al estilo #Fediverso? Un software de la UE, más o menos abierto, federable e interconectable, que pudieran utilizar para crear su sede electrónica la Comisión Europea, los estados centrales, los estados federados, las regiones, las comunidades autónomas, los landers, los cabildos, las diputaciones, los ayuntamientos, los poderes judiciales, los sistemas de Seguridad Social, etc. Así se podría hacer compatible una mayor accesibilidad de las plataformas públicas y sedes electrónicas, a la vez que las administraciones tendrían el control de su ciberespacio.

En España los despachos de abogados se solían organizar de una manera muy informal, a veces con meros acuerdos verbales para compartir gastos de oficina, operando cada abogado integrante del despacho como un trabajador autónomo independiente. Hace unos años irrumpió la figura de la sociedad limitada profesional. La figura tiene muy pocas diferencias con una sociedad limitada común, sin embargo se impuso como la forma de organización más habitual de los despachos de abogados.

Siendo un despacho de abogados un tipo de empresa en que el capital físico no es demasiado importante y cuya producción de servicios descansa en el trabajo personal de sus integrantes, parecería que la cooperativa y las sociedades laborales son formas más adecuadas para el desarrollo de servicios jurídicos pero, con excepciones muy de aplaudir, el uso de esas formas jurídicas es muy escasa en la actividad de la abogacía, a pesar incluso de que permite que los abogados puedan cotizar, ya no solo por el régimen de autónomos, escapando de la ruinosa Mutualidad de la Abogacía, si no incluso por el régimen general, tanto a tiempo completo como a tiempo parcial, lo que permitiría ajustarse mejor al volumen de trabajo o de dedicación, parcial o completa, de los abogados.

¿Por que no se usan mucho más las formas de cooperativa y sociedad laboral en la abogacía? Puede haber varias causas:

-Desconocimiento: Las sociedades limitadas son muy conocidas y se ven como la forma jurídica estándar de una pequeña o mediana empresa, pero una cooperativa es mucho menos conocida, ya no solo por los profesionales y aspirantes a profesionales en general si no incluso por las asesorías de empresa, que habitualmente trabajan con sociedades limitadas.

Las asociaciones de cooperativas y otros entes de promoción del cooperativismo suelen organizar charlas en institutos y en centros de formación profesional. Sería positivo que también las dieran en las universidades, a estudiantes de grados y de másteres, de esta manera tras hacer las prácticas del máster de abogacía, tendrían la opción de organizar un despacho de abogados bajo la forma de cooperativa, con gastos proporcionales al nivel de actividad y pudiendo compatibilizar sus primeros pasos en la profesión de abogado con la realización de formación complementaria.

-Prejuicios culturales: Las cooperativas se perciben como una forma jurídica exótica, no es la más habitual entre las formas de organización empresarial e incluso tiene cierta connotación izquierdista, alternativa o de que son entidades afines a las asociaciones, enfocadas a finalidades ajenas a la actividad económica, a ONGs, cuando en realidad las cooperativas tienen una finalidad profesional industrial o mercantil.

El abogado suele proyectar una imagen conservadora, vamos de traje y corbata, y posiblemente muchos abogados teman que la forma jurídica de la cooperativa “vista poco”, que se vea como sospechosa por buena parte de sus clientes, que pueden ser empresarios de mentalidad tradicional.

-Abogados con otros ingresos: Las ventajas de flexibilidad económica de las cooperativas, que se puede adaptar a volúmenes de actividad diversos, desde la actividad escasa a la más amplia, además de que permite cotizar a la Seguridad Social en el régimen general, pueden no resultar muy atractivas para abogados para los que la abogacía no es su único, a veces ni siquiera su principal, medio de vida. Muchos abogados provienen de sectores sociales acomodados y combinan sus ingresos como abogado, a veces muy pequeños, con rentas de otras procedencias que les permiten mantenerse y cubrir los gastos que supone el trabajo como profesional autónomo. La profesión de abogado puede ser una atractiva manera de presentarse en sociedad para rentistas, que no están muy interesados en participar en una cooperativa o en otras formas de sociedad empresarial, lo que condiciona la cultura de la profesión.

-Falta de práctica organizativa: La cooperativa es una empresa de gobierno democrático en el que su máximo órgano es la Asamblea General, aunque haya un Presidente que centraliza la toma de decisiones diaria. Esta forma de gobierno “republicano” es muy distinta a la forma “monárquica” en que se organiza una sociedad limitada o una sociedad anónima. En realidad se parece más a como se organizaban los tradicionales despachos de abogados sin personalidad jurídica, pero con una dinámica de participación más formal y más resistente a los hiper-liderazgos.

La organización democrática tiene un inconveniente, la poca práctica que solemos tener en este tipo de procesos de toma de decisiones. Lo ideal sería cierta experiencia asociativa previa (sería muy positiva una dinámica asociativa juvenil más rica, casi debería ser obligatorio en la universidad), como preparación no solo para trabajar en una cooperativa si no en otras formas de organizaciones, pero a falta de experiencia en asociacionismo o cooperativismo, la buena voluntad y las ganas de aprender pueden ser más que suficientes.

Otro inconveniente de la organización democrática es que para recibir instrucciones todo el mundo vale, pero para participar en la toma de decisiones hay perfiles que o bien por pocas capacidades o por personalidades conflictivas pueden dinamitar los procesos de deliberación y decisión, por lo que en una cooperativa hay que ser especialmente cuidadoso a la hora de incorporar miembros a la empresa.

Hay algún abogado intrépido que usa Linux, pero aunque lo podamos usar como sistema secundario los abogados españoles seguimos atados a Windows por la dependencia de aplicaciones estatales que privilegian al sistema operativo del oligopolio Microsoft y el navegador de la multinacional Google.

Sin embargo, un sistema operativo Línux enfocado a los abogados, procuradores, graduados sociales y otras profesiones jurídicas, podría ser muy bien recibido en el sector al evitar la obsolescencia prematura de los equipos informáticos y así ahorrar costes, así como incrementando la seguridad del despacho frente a virus e intromisiones digitales. Para que un sistema Línux sea interesante para abogados debe tener las siguientes características:

  • Un paquete de programas de oficina tipo Libre Office u Open Office (este requisito es facilón).
  • Facilidad de trabajo en nubes, tanto comerciales como alojadas en servidor propio.
  • Un programa de facturación y de contabilidad muy básica.
  • Lo más importante, lo imprescindible (y lo más difícil), acceso fácil y seguro a Lexnet y también a portales de las administraciones públicas, como Red SARA, el sistema de notificaciones DEHú, Seguridad Social, Hacienda, administraciones autonómicas como la Sede Electrónica de la Xunta de Galicia, la red Mercurio de extranjería y portales de ayuntamientos. Para lo cual debería venir instalada o preinstalada la aplicación AutoFirma, un navegador ya configurado para poder entrar directamente a Lexnet y el software necesario para la lectura de tarjetas criptográficas y certificados digitales, actualizándose el sistema conforme los sistemas de acceso a esos portales vayan cambiando.

Hay que tener en cuenta que los abogados, aunque acabemos siendo bastante hábiles en cuestiones de ofimática, somos gente de letras, con lo que nuestras capacidades para la informática son limitadas y lo ideal sería que un sistema operativo dirigido a abogados y operadores jurídicos lo diera todo muy masticado. Lo del acceso a Lexnet desde Línux es para nota, complicado como obtener la piedra filosofal, pero si alguien consiguiera un sistema operativo que hiciera fácil esta cuestión, se ganaría la gratitud y buenas vibraciones de muchos abogados, así como la bendición de Júpiter y San Raimundo de Peñafort. Incluso, contando con un buen comercial, a lo mejor podría colocar el producto al Consejo General de la Abogacía Española.

Dese hace unos tres años mi hijo es el orgulloso propietario de una pareja de jerbos, en realidad hembras y seguramente hermanitas, de las que (¡ay de mi!) he sido el principal cuidador.

Me compré un viejo librito usado sobre cuidado de los jerbos (no encontré guías modernas sobre el tema) y miré diversas páginas de internet sobre el tema que me parecieron más o menos fiables, para hacerme una idea de como debía cuidar a los bichos. Entre esas lecturas y la práctica, me he hecho cierta idea sobre como cuidar a los jerbos, que espero que sea más o menos correcta.

El suelo de la jaula:

Para que absorba los fluidos orgánicos y para comodidad de las jerbas les pongo un suelo de venta en supermercados. Lo hay en dos versiones, pelets de madera y pelets de papel reciclado, con precio similar. Los de papel me dan mal resultado, se deshacen mucho y las jerbas acaban enseguida en una masa informe de material triturado. Los de madera van mucho mejor.

La duda es si uno hace el primo comprando pelets de madera para mascotas cuando son bastante más baratos los pelets de madera para calefacción. Una vez le cogí un puñado de pelets de calefacción a mi suegro, los tiré en la jaula de las jerbas entre los pelets de madera para mascotas y no parecían muy diferentes, pero no me he atrevido a comprar un saco se pelets de calefacción porque son un bulto importante.

Los jerbos son animales excavadores y en cautividad echan de menos excavar. Es un problema que no tiene mucha solución, excavan el material del suelo de la jaula removiéndolo bastante y a veces amontonándolo en un lado de la jaula, pero no pueden satisfacer realmente su instinto de excavar.

Material para roer:

Como buenos roedores los jerbos necesitan roer todos los días para desgastar sus dientes y compensar su crecimiento perpetuo, pues en caso contrario sus incisivos no les cabrían en la boca, con resultados muy desagradables. Para eso viene bien comprarles juguetitos de madera pero lo que he encontrado que les va mejor es las pinzas de madera para ropa, que se pueden enganchar en los barrotes de la jaula y que roen muy felices. Los lapiceros de madera que compro en un bazar chino también les gustan, pero misteriosamente solo roen los de sección cuadrada, no los redondos, pero usan como cubil tanto unos como otros.

También les gusta roer cartón. Hay que darles cartón en bruto, sin colorantes ni plásticos, como los tubos de los rollos de papel higiénico, algunas cajas de huevos o algunos embalajes. Con el cartón triturado se construyen un nido en el que descansan. Les encanta el papel tipo tisú, como el de los pañuelos de papel o el papel higiénico, que también trituran y usan como elemento de su nido.

Alimentación:

Los jerbos son casi completamente vegetarianos y se les suele dar comida para hamsters, pero además hay que darles alimento fresco, verduritas y fruta. Los libros y guías de cuidado de jerbos no son muy expresivos de que vegetales se les puede dar y cuales no, entre los que no mencionan las uvas (que muchos mamíferos no pueden consumir) y entre los que si la manzana. Yo a las jerbas de mi hijo les suelo dar trocitos de piel de manzana, trocitos de lechuga y repollo, llantén, trebol, margaritas del campo y hierba, la de las vacas. También les doy trocitos de nuez y, cuando es época, castañas y bellotas. A las castañas y bellotas enteras no les pueden hincar el diente, no pueden abrir tanto las mandíbulas, por lo que antes de dárselas hay que aplastarlas.

Los jerbos son básicamente vegetarianos, pero algún que otro bicho se comen en sus estepas mongolas. En las guías no dan muchas pistas de que pueden comer, solo suelen mencionar a los grillos, esa fast food de la naturaleza. Vi mencionar trocitos de huevo duro, pero me parece poco aconsejable porque mancha mucho, sus restos producirían abundantes bacterias en el suelo de la jaula. Me he atrevido a darles saltamontes, que en ciertas épocas del año abundan y que se pueden congelar para otras épocas, porque las jerbas no tienen especial interés en que los bichos estén vivos, muertos también les gustan.

También les he dado gusanitos de los que a veces hay dentro de la fruta no tratada con herbicidas, que les encantan. Las pipas de calabaza les flipan, aunque la pulpa de la misma calabaza no les interesa nada. También les gusta mucho los copos de avena (al natural) y de vez en cuando les echo una cucharada en su comedero.

Parece que les gusta tomar el sol por lo que puede ser bueno poner la jaula ante una ventana soleada de vez en cuando.

Limpieza:

¿Cada cuanto hay que limpiar la jaula? Cada pocas semanas, no sabría precisar cuantas semanas son pocas.

Mi rutina de limpieza es cambiar los pelets viejos por pelets nuevos y desinfectar la jaula y los tubos (si los tiene), para lo que uso una solución de agua con lejía al 10 o 20%, que aplico con pulverizador.

Compañía:

A diferencia de los hámsters, que son nocturnos, solitarios y pasivos, los jerbos son diurnos, sociables y mucho más activos. Necesitan un compañero para vivir, normalmente un hermanito del mismo sexo porque si fuera del otro sexo, aumentaría misteriosamente el número de inquilinos de la jaula y, si fuera un desconocido, habría duros combates territoriales.

Pero no todos los jerbos van a ser igual de longevos, por ley de vida uno se ellos acabará solo. Para atenuar la soledad de la jerba superviviente he usado uno de esos ratones de mentira que venden en tiendas de animales y bazares como juguete para gatos. Parece que dio el pego y ofreció consuelo a la superviviente, que solía dormir pegado al peludo ratón artificial.

Palabras clave/key words: #gerbils #rennmäuse #gerbilles #gerbiloj

¡Ojo, se destripa! Spoiler alert!

La tercera parte de la Trilogía de los Tres Cuerpos me ha resultado impactante, con una alta densidad de ideas espectaculares que por separado podrían servir de base de varias novelas de ciencia ficción.

Como el resto de la saga, me recuerda a los relatos de los primeros tiempos de la ciencia ficción, en los que cogían un concepto científico y lo explotaban para crear una situación que pudiera en marcha la historia. Cixin Liu hace eso, pero con conceptos científicos contemporáneos que no estaban disponibles para Julio Ferne ni para los autores de ciencia ficción de mitad del siglo XX.

El tono de “El fin de la muerte” es muy dramático, operístico, muchas partes de la lectura resultan sobrecogedoras.

El personaje de Cheng Xin me llegó a causar antipatía. Vale que es una persona de buenos sentimientos, a la que se llega a comparar con la Virgen María, y también es una persona creativa de pensamiento poco convencional, pero también es irreflexiva, con una impulsividad que parecería descansar en un puntillo de narcisismo. En la novela toma dos grandes decisiones que afectan al conjunto de la humanidad, basándose más en su intuición moral que en una reflexión sensata... con catastróficos resultados. Aun al final de la novela toma otra decisión sobre una pecera cuyas posibles pavorosas consecuencias quedan sin revelar, en un final abierto. Por eso Cheng Xin llega a resultar odiosa.

La antítesis de Cheng Xin es el que me parece el otro gran personaje de la novela, Thomas Wade, un tipo despiadado y duro, quizá un poco psicópata, pero que toma decisiones correctas para el futuro de la humanidad. Tiene una frase: “¡Avanzar! ¡Hay que avanzar a toda costa!”, que junto a su carácter de duro estratega me lleva a pensar si el personaje no es un reflejo literario de Mao Zedong. Convertirlo en estadounidense sería una buena manera de camuflar a Mao. Cheng Xin y Wade son personajes (o incluso arquetipos) completamente antitéticos.

Volviendo a Cheng Xin, el personaje me recuerda al Malachi Constant de “Las sirenas de Titán”, de Kurt Vonnegut Jr., aunque a Malachi le llega abandonar su suerte y a Xin no. La manera vertiginosa de moverse os personajes, sobre todo en la segunda mitad de la novela, y la visión de la condición humana, también me recuerda a “Las sirenas de Titán”, pero la novela de Vonnegut suaviza esa perspectiva con altas dosis de ironía y un chorro de ternura.

La ciencia ficción de cada país suele reflejar aspectos de si historia y me parece que esta saga de Cixin Liu nos trae ecos del encontronazo histórico del Reino del Medio con el colonialismo occidental y japonés que dio lugar al “siglo de la humillación”. Resulta refrescante leer ciencia ficción escrita por no anglosajones, salir de las proyecciones de la historia y la cultura estadounidense hacia el futuro, me había pasado con ciencia ficción española y ahora con ciencia ficción china. No conozco nada de ciencia ficción europea continental contemporánea y es de suponer que en Francia, Alemania e Italia se estará editando literatura del género ¿Me estaré perdiendo algo?

Ando con dúbidas sobre que votar nas #eleccións municipais coruñesas.

Aos candidatos da Marea os vexo con un perfil pouco axeitado para a xestión municipal, algo brandiños (en canto a habilidades técnicas), e en realidade xa non son a coalición que gobernou o concello, que incluía a Podemos Esquerda Unida, Anova e outros, só son unha parte daquela coalición polo que a súa candidatura co nome de Marea non deixa de ter un punto de inautenticidade.

Alternativa nos Veciños ten o seu punto de interés pola referencia do modelo oleirense. Porem, a sua cabeza de candidatura estivo en Ciudadanos, o que o fai un tanto dubidoso, e o precedente do mal papel dos concelleiros de Alternativa dos Veciños en Sada non é un bó precedente, aínda que xa se sabe que a política local sadense senpre é especialmente tormentosa.

Os candidatos de Unidas Podemos seméllanme máis potentes que os da Marea, cun perfil máis xestor, e o BNG ofrece certas garantías de eficacia (esa eficacia BNG que emparenta coa eficacia bolchevique), así que entre esas dous opcións estaría o meu voto.

Como non son nacionalista preferiría Unidas Podemos, pero teño dúbidas de se serán quen de sacar algún concelleiro, xa sabedes, o problema do voto útil, se non sacan ningún sentiría que o meu voto se tería perdido en beneficio da dereita. Así que arestora sigo a dubidar entre BNG e Unidas Podemos.

Hace unos días hubo una discusión en Mastodon, con varias instancias implicadas, en la que se utilizó la palabra “lumpen”. La palabra trajo cola, hubo quien se dió por aludido y se sintió insultado y hubo que le pareció que su uso descalificaba al que la utilizó, entiendo que por atribuirle una actitud elitista y de discriminación social.

Ese incidente y el encuentro con ciertas personas en el ámbito del trabajo legal, me hicieron reflexionar sobre el concepto de lumpen, un concepto de raigambre marxista, que también ha servido para estigmatizar socialmente y que se percibe como algo anticuada y fuera de lugar, como si se refiriera a personajes de “Los miserables”, de Víctor Hugo.

Pero ¿Que es el lumpen? Según el diccionario de la Real Academia Española, el lumpen o lumpenproletariado es “Sector social más bajo del proletariado desprovisto de conciencia de clase”. El concepto marxista es muy parecido pero no idéntico, porque no parece exigir que sea el sector social más bajo, el abuelo Carl describía al lumpenproletariado de otra manera: “Bajo el pretexto de crear una sociedad de beneficencia, se organizó al lumpemproletariado de París en secciones secretas, cada una de ellas dirigida por agentes bonapartistas y un general bonapartista a la cabeza de todas. Junto a roués arruinados, con equívocos medios de vida y de equívoca procedencia, junto a vástagos degenerados y aventureros de la burguesía, vagabundos, licenciados de tropa, licenciados de presidio, huidos de galeras, timadores, saltimbanquis, lazzaroni, carteristas y rateros, jugadores, alcahuetes, dueños de burdeles, mozos de cuerda, escritorzuelos, organilleros, traperos, afiladores, caldereros, mendigos, en una palabra, toda esa masa informe, difusa y errante que los franceses llaman la bohème: con estos elementos, tan afines a él, formó Bonaparte la solera de la Sociedad del 10 de diciembre, «Sociedad de beneficencia» en cuanto que todos sus componentes sentían, al igual que Bonaparte, la necesidad de beneficiarse a costa de la nación trabajadora”.

Viendo el concepto de Marx, lo podemos sacar de la Francia decimonónica, traerla al occidente neoliberal del siglo XXI y, si le quitamos a la figura del lumpen los ropajes de la época y lo ponemos al día... ejem ¿No resulta una figura espantosamente actual? Porque vale, ya no abundan los organilleros, traperos y afiladores pero abundan otras figuras no integradas en la economía fordista, que no pertenecen a la pequeña burguesía, no se identifican con la clase trabajadora e incluso que suelen confundir sus intereses con los de la élite. Olvidemos las connotaciones peyorativas y valoremos ¿Entrarían en la categoría de lumpenproletariado las personas originarias de la clase media con ingresos que rondan el umbral de la pobreza? ¿Y los trabajadores sin contrato laboral de Glovo, Uber y similares? ¿Y los ni-nis metidos a criptobrós o en otras especulaciones on-line? ¿Y los que trabajan on-line para empresas de otro país sin contrato y sin alta en la Seguridad Social? ¿Y los que trabajan esporádicamente en listas de sustituciones de las administraciones públicas? ¿Y los que trabajan en la economía informal tercermundista o en otra forma de economía sumergida? ¿Y los trabajadores extranjeros sin permiso de trabajo? ¿Y los falsos autónomos que incluyen desde electricistas de compañías de seguros a no pocos abogados? ¿Y los youtubers? ¿De que clase social (acaso en la de los futuribles triunfadores) se sienten parte?

Se me ocurre que el concepto de trabajador precario o de precarización tiene mucho que ver con la lumpenización, o son sinónimos o es una fase del proceso de lumpenización. Vale, ya se que lo se lumpenproletariado suena fatal, que preferimos considerarnos precarios o incluso asumir que hemos sufrido un proceso de proletarización antes que aceptar el término lumpen, pero, evitando hacer dramas y teniendo presente que no necesariamente ser lumpen equivale a ser mala persona ¿No estaremos un tanto lumpenizados buena parte de la ciudadanía del siglo XXI?

Esta reflexión me plantea más preguntas que respuestas ¿Tiene que ver la lumpenización con el retorno de los tatuajes, con la estética canallita, con el muy amplio incumplimiento de la normativa laboral (y otras) en sectores como la hostelería y el taxi? ¿Y con el auge de la extrema derecha? ¿Y con las recetas mágicas para el éxito personal que proliferan por las redes sociales?

Palabras clave/key words: #lumpen #lumpemproletariado #lumpenproletariat #precariedad #criptobros #crypto #criptomonedas #precarios #trade #falsosautonomos

Me interesa mucho la historia del reino suevo de Galicia. Es una época misteriosa y sugerente, de la que no se sabe demasiado por la limitación de fuentes historiográficas, a pesar de que haya más fuentes sobre el reino suevo que sobre otros territorios de la época. He leído alguna cosilla sobre el tema y escuchado algún podcast.

Algo que me fascina de esta Gallaecia altomedieval es la diversidad. Había diversidad humana en varias categorías:

  • Diversidad étnica: hispano-romanos, suevos, judíos, britanos de Maeloc y quizá algún vándalo y alano, porque aunque habían sido expulsados bien podría haberse quedado algún vándalo o alano aislado, o personas de orígenes mixtos.
  • Diversidad religiosa: católico-ortodoxos, arrianos, priscilianistas, paganos y judios.
  • Diversidad de modos de vida, pues aun quedaban campesinos con un modo de vida castreño coexistiendo con campesinos de las vilae romanas (evolucionando hacia la aldea medieval), con habitantes de las ciudades de Brácara, Astúrica y Lucus, aristócratas, comerciantes, pescadores...

Debía de haber unos buenos conflictos políticos entre los aristócratas hispano-romanos, de los órdenes ecuestre y senatorial, con la aristocracia sueva, disputándose el control del ager publicus . No hay que imaginar a los suevos como cimerios de Conan el bárbaro, eran un pueblo muy romanizado que quizá hasta hablaran latín entre ellos, pero eso no quiere decir que no hubiera diferencias de costumbres y maneras de funcionar. Junto a los conflictos irían surgiendo nuevos vínculos, complicidades y descubrimientos interculturales que progresivamente acercarían a los diversos grupos étnicos hasta su fusión.

En la vida política del reino de la Gallaecia no dejarían de tener influencia agentes exteriores, es de esperar que hubiera emisarios y representantes más o menos oficiales de Bizancio, del reino franco, del reino visigótico y de los obispos de Roma y Cartago trajinando por el reino.

La vida religiosa debía generar innovaciones en estilos de vida, seguramente no había monasterios poderosos como habría mas adelante si no cenobios más pequeños, masculinos y femeninos, de diferentes adscripciones religiosas, donde se ensayarían diversos modos de organización colectiva y modelos de conducta. En una época en que no había anticonceptivos y con alta mortandad en los partos, los cenobios femeninos podrían ser refugio de mujeres interesantes. También cabe preguntarse en que se diferenciaría el modo de vida y los códigos morales de priscilianistas, católico-ortodoxos y arrianos ¿Cuales eran los más mojigatos? (quizá los priscilianos) ¿En que iglesia las mujeres tendrían más capacidad de acción? ¿Cuales eran los más espiritualistas y cuales los más materialistas?

La época coincidía con la del rey Arturo y la Gallaecia sueva está conectada con lo artúrico por la presencia de los refugiados britanos, liderados por el obispo Maeloc, (un tema que conecta con la novela “Merlín e familia”, de Cunqueiro) y por la posible subsistencia de algún elemento alano, un pueblo sármata, de lengua irania, que nutrió de jinetes a la caballería romana en Britania y que llegaron a occidente cabalgando desde las fronteras de China bajo el símbolo del dragón.

¿Que vida cultural habría? Junto a los intelectuales del clero quizá hubiera algún tipo de juglar, canteros... Sin duda también habría bandoleros y algún recuerdo, o más que recuerdo, de las bagaudas.

Todo ese batiburrillo social sería un telón de fondo para una buena novela, la diversidad cultural facilitaría crear un montón de personajes interesantes. Una novela ambientada en la época sueva podría ser realista o incluso, sin forzar mucho las cosas, fantástica. El elemento artúrico de los britanos podría dar mucho juego, de la mano de los alanos se podría introducir algún dragón en la historia y recurriendo al paganismo y a las tradiciones folclóricas gallegas, podrían aparecer ninfas, faunos y mouros, tan parecidos estos a los elfos tolkienianos o a los duendes del folclore inglés.

La mentalidad de la gente de la época era muy diferente a la contemporánea, lo que puede hacer difícil la identificación del lector con los personajes. Como los mouros y otras criaturas mágicas son ajenas a la realidad histórica, se les podría atribuir a alguna de estas especies mágicas una mentalidad contemporánea, al fin y al cabo, los mouros podrían ser criaturas transdimensionales en contacto con diversas épocas. Un mouro con una mentalidad moderna podría ofrecer una mirada contemporánea y forastera sobre la cultura humana de la época y dar lugar a entretenidos diálogos con los humanos altomedievales.

Acabo de leer “Crimen y castigo”, de Dostoyevski, que me bajé al libro electrónico desde la web de Textos.info.

De vez en cuando me gusta meterme en la lectura de novelas enjundiosas, monumentos de la literatura universal, y también procuro salirme de la esfera literaria anglosajona, tan hegemónica, y a la que me resulta especialmente difícil sustraerme por ser aficionado a la ciencia ficción. Así que le llegó el turno a “Crimen y castigo”. Además la lectura tenía la pizca de morbo de leer literatura rusa en este tiempo de tambores de guerra.

La lectura fue exigente, puede que en parte porque la traducción era antigua (por eso estará en dominio público) y vete tu a saber si era una traducción directa del ruso al castellano, porque antiguamente era frecuente que la literatura rusa llegara a España traducida de traducciones francesas, lo que generaba cierto efecto de teléfono escacharrado.

A la historia le encontré la dificultad adicional de que Raskolnikoff, el protagonista, me caía bastante gordo, con esa mezcla de prepotencia y debilidad, un tipo bastante majarón, sin quitar el hecho de que cometa asesinato como si fuera una especie de experimento filosófico y que trate a la pobre Sonia de una manera completamente irrespetuosa, lo que quizá era una situación realista en el marco de las relaciones entre sexos en el siglo XIX. Cuando el protagonista de una novela me cae mal (como en las novelas de Evelyn Waugh) la lectura se me pone bastante cuesta arriba. Con Raskolnokoff me pasó un poco como con el protagonista de “El lobo estepario”, de Hermann Hesse, que era un chiflado de primera categoría, pero mientras que con “El lobo estepario” tiré la toalla abandonando la novela, “Crimen y castigo” me pareció suficientemente intesesante para persistir en su lectura a pesar de la antipatía que me generaba el protagonista y del lenguaje un tanto artificioso de la traducción.

Desde luego la novela tiene profundidad psicológica, los diálogos entre los personajes son sofisticados y la visión de las relaciones en la sociedad humana bastante descarnada pero compleja. Llama la atención que muchas reflexiones sobre la moral tienen bastantes puntos en común con el pensamiento de Nietzsche, pero esta novela es anterior al Nietzsche filósofo, de manera que probablemente eran ideas que flotaban en el ambiente de la cultura europea, que estaban en el zeitgeist, un poco la consecuencia de la caída o al menos cuestionamiento del marco moral del Antiguo Régimen, a consecuencia de la Revolución Francesa, las guerras napoleónicas y el desarrollo de la ciencia.

Concluyendo, la novela me supuso cierto esfuerzo y me exigió cierta persistencia para leerla, pero este tipo de lectura de monumentos literarios, aunque no sean siempre fáciles, suelen resultar fructíferas y satisfactorias, como quien escala una montaña.