“CRIMEN Y CASTIGO”, DE DOSTOYEVSKY.

Acabo de leer “Crimen y castigo”, de Dostoyevski, que me bajé al libro electrónico desde la web de Textos.info.

De vez en cuando me gusta meterme en la lectura de novelas enjundiosas, monumentos de la literatura universal, y también procuro salirme de la esfera literaria anglosajona, tan hegemónica, y a la que me resulta especialmente difícil sustraerme por ser aficionado a la ciencia ficción. Así que le llegó el turno a “Crimen y castigo”. Además la lectura tenía la pizca de morbo de leer literatura rusa en este tiempo de tambores de guerra.

La lectura fue exigente, puede que en parte porque la traducción era antigua (por eso estará en dominio público) y vete tu a saber si era una traducción directa del ruso al castellano, porque antiguamente era frecuente que la literatura rusa llegara a España traducida de traducciones francesas, lo que generaba cierto efecto de teléfono escacharrado.

A la historia le encontré la dificultad adicional de que Raskolnikoff, el protagonista, me caía bastante gordo, con esa mezcla de prepotencia y debilidad, un tipo bastante majarón, sin quitar el hecho de que cometa asesinato como si fuera una especie de experimento filosófico y que trate a la pobre Sonia de una manera completamente irrespetuosa, lo que quizá era una situación realista en el marco de las relaciones entre sexos en el siglo XIX. Cuando el protagonista de una novela me cae mal (como en las novelas de Evelyn Waugh) la lectura se me pone bastante cuesta arriba. Con Raskolnokoff me pasó un poco como con el protagonista de “El lobo estepario”, de Hermann Hesse, que era un chiflado de primera categoría, pero mientras que con “El lobo estepario” tiré la toalla abandonando la novela, “Crimen y castigo” me pareció suficientemente intesesante para persistir en su lectura a pesar de la antipatía que me generaba el protagonista y del lenguaje un tanto artificioso de la traducción.

Desde luego la novela tiene profundidad psicológica, los diálogos entre los personajes son sofisticados y la visión de las relaciones en la sociedad humana bastante descarnada pero compleja. Llama la atención que muchas reflexiones sobre la moral tienen bastantes puntos en común con el pensamiento de Nietzsche, pero esta novela es anterior al Nietzsche filósofo, de manera que probablemente eran ideas que flotaban en el ambiente de la cultura europea, que estaban en el zeitgeist, un poco la consecuencia de la caída o al menos cuestionamiento del marco moral del Antiguo Régimen, a consecuencia de la Revolución Francesa, las guerras napoleónicas y el desarrollo de la ciencia.

Concluyendo, la novela me supuso cierto esfuerzo y me exigió cierta persistencia para leerla, pero este tipo de lectura de monumentos literarios, aunque no sean siempre fáciles, suelen resultar fructíferas y satisfactorias, como quien escala una montaña.